Cuatro condiciones para hacerse una cirugía plástica

Cuatro condiciones para hacerse una cirugía plástica

1.- ¿Sabe quién es el cirujano?
Lo primero que un paciente debe tener en cuenta es si el cirujano que lo va a operar es en realidad un especialista en cirugía plástica.
Eso significa, saber si ha recibido formación en esa área durante 4 a 5 años de dedicación exclusiva, es decir, en la que el médico se dedica solo a estudiar esa especialidad.

Se debe observar que el especialista tenga experiencia; de lo contrario, puede no tener una técnica apropiada y eso puede prolongar el tiempo en el quirófano y traer complicaciones. “Puede que no se mueran, pero después llegan donde los cirujanos certificados con cicatrices y lesiones permanentes”.

 

2.- “Si tiene alertas rojas, no lo opero”
Así como el paciente debe elegir un buen cirujano, el médico debe escoger un buen paciente, es decir, que sea apto para la cirugía plástica que se desea practicar.

Esa decisión exige chequeos y exámenes para verificar su estado de salud y reducir riesgos. “Que tenga un nivel de hemoglobina correcto para ir a cirugía, que no tenga infección urinaria o lupus, por ejemplo”.

Se debe hacer una evaluación personalizada del paciente. “Si tiene presión alta y hasta preinfartos, ya no es candidato a cirugía. Un diabético con problemas hepáticos o renales, tampoco”.

Un error del paciente es creer que el cirujano plástico le puede resolver todos sus problemas, se debe escucharlo, puede que quiera realizarse el procedimiento por la razón equivocada.

 

3.- No se meta en un garaje
Es importante que el paciente sepa para qué está habilitada la clínica: si es para consulta, para pequeña cirugía o para cirugías de mayor complejidad.

“El sitio puede ser muy bonito, pero si está habilitado para cirugías ambulatorias, por ejemplo, pero están haciendo otras cirugías complejas como una liposucción, el riesgo es mayor”.

 

4.- “No más de cinco horas”
Puede que el paciente se quiera hacer de todo en un solo procedimiento, desde la punta del pelo hasta la punta del pie, pero eso no es posible porque aumenta el riesgo. Cuantas más áreas del cuerpo se toquen, más riesgosa es la intervención.

De pronto se pueden practicar dos o tres, pero depende del tipo de cirugías, del estado de salud del paciente y de cuánto tiempo demoraría en quirófano. Analizadas estas y otras variables, el cirujano plástico y el paciente llegan a un consenso sobre qué se puede hacer.

Con eso, el especialista define el plan quirúrgico, que establece cuánta grasa se le va a extraer, cuánto es el sangrado permitido y cuánto durará la cirugía, qué tipo de prótesis se le van a implantar y en qué tipo de clínica y de quirófano se le va a operar, según si el procedimiento es mínimamente invasivo o si es de alta complejidad.

“Los estudios dicen que los riesgos son exponencialmente mayores cuando se pasa de cinco horas de cirugía. La autoestima y la belleza son muy importantes , pero no se debe pasar de ese tiempo porque genera mayor índice de complicaciones respiratorias, circulatorias y de la temperatura corporal, son riesgos que se deben evitar”.

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